Ensamblar las piezas del Águila Pescadora ha necesitado cuatro ańos de trabajo. No menos de ocho maquetas para las alas, cuatro para el cuerpo e innumerables modelos de la cabeza han sido igualmente necesarios antes de la publicación definitiva. Arduas investigaciones han sido necesarias para realizar una imitación tan perfecta como ha sido posible adaptando las técnicas de impresión a la presición necesaria. Color, dimensiones y motivos son representativos de las cinco subespecies encontradas en el mundo. La mayoría de los detalles de la superficie han sido pintados desde un especimen protegido. Numerosas medidas han sido tomadas del mismo especimen. El Águila pescadora estaría incompleta sin un pescado atrapado en sus terribles garras, aqui una trucha, generalmente pescada por las aves de los lagos del interior de las tierras de las islas británicas.
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